Desde mi ventana he encontrado grandes inconvenientes para elegir la Rosa más hermosa de mi jardín,
quería la mejor de todas…
Para
elegir entre tantas Rosas hermosas que habitan el jardín, tuve que hacer varias
selecciones porque no quería equivocarme en escoger la que tuviera las condiciones
necesarias y dignas de ser elegida.
Volví a
observar las rosas de aquel grupo que había seleccionado y de repente, algo
inesperado llamó mi atención.
Me
detuve por un instante a pensar… e imaginé la Rosa más bella que mis ojos jamás
habían visto… ¡De pronto me conquista el armonioso
sonido de la lluvia al caer…!
…Aquel
viejo paraguas que tenía en el olvido, sirvió de compañía y me cubrió de
aquellas gotas de agua que la brisa y el viento soplaban fuertemente sobre mi
rostro, como si quisieran apartarme de aquellos hermosos poemas de frío en el invierno.
Luego
de ese tormentoso diluvio... me cobijé en mi alcoba con una taza de té caliente que no he
de desperdiciar, me cubrió del frío inmenso de ese gris invierno.
Como he
de esperarse. ¡Continuaba con mi desesperada
e importante búsqueda! Todos allí mirando, murmuraban en un tono de voz tranquilo,
con gran interés me acerqué y alcancé a oír una
pregunta, ¿por qué deseas encontrar a la Rosa perfecta?
Dije, ¡no sabes la beldad y el significado que
emana tal hermosura! El grupo de personas que se encontraban reunidas se quedaron perplejos
de aquella respuesta, al parecer no entendieron el porqué de mi incansable
búsqueda.
Temprano
en la mañana mi ventana se abrió bruscamente, debido al viento que soplaba fuertemente
e inundaba audazmente mi vieja y azul estancia, despertándome como si quisiera parlar…
decidí levantarme de la cama y casi me detiene el frío, impidiendo que me pusiera
en marcha, un estornudo casi me levanta del lecho, entonces pude ponerme de píe…
Mientras estaba preparándome para salir, ¡Un osado ruiseñor me deleitaba con su
tierno cántico! Y un ruidoso sonido interrumpió el agradable canto del
ruiseñor. ¡Era el timbre que sonaba, me acerqué y miré para ver quién tocaba mi
puerta!…
Observé
y vi un sombrero que cubría su rostro, era alguien que parecía estar congelado
por el frío inmenso que hacía aquella mañana, abrí la puerta y estaba temblando
por la baja temperatura del clima, me susurró, ¡Ayuda! Lo tomé en mis brazos e
inmediatamente le di a tomar caldo caliente del que solía preparar mi madre en
tiempos de puro invierno.
Cerca
de las 9:00 a.m. Escuché una voz que decía, ¡estaba
perdido! camine varios kilómetros hasta encontrarme con tu vivienda. ¡Debo seguir… muchas gracias por la morada!
Inmediatamente
se marchó. Casi en el olvido, se había postergado mi salida, ¡de ir en búsqueda de la Rosa ideal!…
Con la
esperanza de encontrar la Rosa predilecta, me dirigí hacia el jardín, para
observar nuevamente la favorita del Rosal, mirando entre todas… detenidamente
me percato que las Rosas se encontraban sumergidas en el agua, e impidiendo su elección…¡Consternada me voy apartando de esas
hermosas Rosas!.
Pensando
en que no podré encontrar mi hermosa Rosa, me pierdo en mis pensamientos más profundos.
...Y una
luz hace que levante mi rostro, cuando escucho la voz de un señor que gritaba a
todo pulmón, ¡aquí estoy!... ¡vine a
ayudarte!, se va acercando hacía mí… y me doy cuenta que era el antiguo jardinero, el que había trabajado en la
rosaleda de mi familia durante varios proles.
Se
dirige hacia mí el anciano jardinero, que por varias generaciones ha cuidado de
nuestras Rosas y me dice, ¡señorita,
acaso no ha podido encontrar la Rosa más hermosa! Con voz enternecida le
respondo, no.
Vuelve el jardinero y me dice, ¡Usted no ha podido encontrar la Rosa ideal!
le respondo, pues ya le dije que no.
Entonces, nuevamente me dice en voz lenta y
con una mano sobre mi hombro, ¡señorita usted
sabe cuál es la Rosa que ha de elegir! Me quedé pensativa por un instante y
reflexiono…
Luego de
ese encuentro inesperado con el jardinero de la familia, me volvieron a la mente
esos recuerdos de mi niñez que tanto añoro… del hermoso paisaje que aún vive en
nuestros corazones, de aquellos remotos lugares que solía frecuentar con mi
familia y de las extensas charlas que siempre escuchaba en mi infancia.
¡Tantos hermosos recuerdos plasmados en la historia,
vivirán por siempre en nuestros sucesores!
Al
encontrarme con aquellos recuerdos que me brindaba la infancia, decidí
nuevamente con más fe, encontrar la Rosa más buscada, la más deseada, esperando
poder palparla…
Entrando
la primavera, me sentía feliz porque sería el escenario perfecto para encontrar
mi Rosa buscada.
En
plena primavera cuando las Rosas están con todo su esplendor, me dirijo al
jardín a contemplarlas…tantos deseos de que por fin ese día estaba cerca, en el
que podré apreciar la Rosa más hermosa de todas.
¡Me vestí con mi mejor atuendo para ataviar el encantador
aroma del perfume perfecto de la Rosa!
Acercándome
a las Rosas, observo que todas son iguales… son hermosas, y poseen la fragancia
que les caracteriza…velozmente se deslizan aquellas gotas de agobio que
parecían ser producto de la impotencia que sentía… el de no saber cuál sería la
Rosa que debía elegir.
¡Escucha tu voz interna,
parece como si el viento lo soplara! verbo que hace referencia a las sabias
palabras de la abuela…
Desde niña me decía: “Busca tu lado amable, las palabras que no pueden salir fácilmente, es
porque permanecen contigo, siempre te acompañaran en el corazón”.
Comienzo
a comprender la verdadera belleza, la que no somos capaces de contemplar a simple vista…sino aquellas que vemos a través del corazón.
¡Siempre estuve con la verdadera Rosa… la que con belleza
y ternura nos regala su aroma perfecto
en los corales de una Rosa!