12 de junio de 2014

La Rosa de mi Jardín



Desde mi ventana  he encontrado grandes inconvenientes para elegir la Rosa más hermosa de mi jardín, quería la mejor de todas…

Para elegir entre tantas Rosas hermosas que habitan el jardín, tuve que hacer varias selecciones porque no quería equivocarme en escoger la que tuviera las condiciones necesarias y dignas de ser elegida.

Volví a observar las rosas de aquel grupo que había seleccionado y de repente, algo inesperado llamó mi atención.

Me detuve por un instante a pensar… e imaginé la Rosa más bella que mis ojos jamás habían visto… ¡De pronto me conquista el armonioso sonido de la lluvia al caer…! 

…Aquel viejo paraguas que tenía en el olvido, sirvió de compañía y me cubrió de aquellas gotas de agua que la brisa y el viento soplaban fuertemente sobre mi rostro, como si quisieran apartarme de aquellos hermosos poemas de frío en el invierno.

Luego de ese tormentoso diluvio... me cobijé en mi alcoba con una taza de té caliente que no he de desperdiciar, me cubrió del frío inmenso de ese gris invierno.
Como he de esperarse. ¡Continuaba con mi desesperada e importante búsqueda! Todos allí mirando, murmuraban en un tono de voz tranquilo, con gran interés me acerqué y alcancé a oír una  pregunta, ¿por qué deseas encontrar a la Rosa perfecta?

 Dije, ¡no sabes la beldad y el significado que emana tal hermosura! El grupo de personas que se encontraban reunidas se quedaron perplejos de aquella respuesta, al parecer no entendieron el porqué de mi incansable búsqueda.

Temprano en la mañana mi ventana se abrió bruscamente, debido al viento que soplaba fuertemente e inundaba audazmente mi vieja y azul estancia, despertándome como si quisiera parlar… decidí levantarme de la cama y casi me detiene el frío, impidiendo que me pusiera en marcha, un estornudo casi me levanta del lecho, entonces pude ponerme de píe…

 Mientras estaba preparándome para salir, ¡Un osado ruiseñor me deleitaba con su tierno cántico! Y un ruidoso sonido interrumpió el agradable canto del ruiseñor. ¡Era el timbre que sonaba, me acerqué y miré para ver quién tocaba mi puerta!…

Observé y vi un sombrero que cubría su rostro, era alguien que parecía estar congelado por el frío inmenso que hacía aquella mañana, abrí la puerta y estaba temblando por la baja temperatura del clima, me susurró, ¡Ayuda! Lo tomé en mis brazos e inmediatamente le di a tomar caldo caliente del que solía preparar mi madre en tiempos de puro invierno.

Cerca de las 9:00 a.m. Escuché una voz que decía, ¡estaba perdido! camine varios kilómetros hasta encontrarme con tu vivienda. ¡Debo seguir… muchas gracias por la morada! 

Inmediatamente se marchó. Casi en el olvido, se había postergado mi salida, ¡de ir en búsqueda de la Rosa ideal!…

Con la esperanza de encontrar la Rosa predilecta, me dirigí hacia el jardín, para observar nuevamente la favorita del Rosal, mirando entre todas… detenidamente me percato que las Rosas se encontraban sumergidas en el agua, e impidiendo su elección…¡Consternada me voy apartando de esas hermosas Rosas!.

Pensando en que no podré encontrar mi hermosa Rosa, me pierdo en mis pensamientos más profundos.

...Y una luz hace que levante mi rostro, cuando escucho la voz de un señor que gritaba a todo pulmón, ¡aquí estoy!... ¡vine a ayudarte!, se va acercando hacía mí… y me doy cuenta que era el  antiguo jardinero, el que había trabajado en la rosaleda de mi familia durante varios proles. 

Se dirige hacia mí el anciano jardinero, que por varias generaciones ha cuidado de nuestras Rosas y me dice, ¡señorita, acaso no ha podido encontrar la Rosa más hermosa! Con voz enternecida le respondo, no.

 Vuelve el jardinero y me dice, ¡Usted no ha podido encontrar la Rosa ideal! le respondo, pues ya le dije que no.

 Entonces, nuevamente me dice en voz lenta y con una mano sobre mi hombro, ¡señorita usted sabe cuál es la Rosa que ha de elegir! Me quedé pensativa por un instante y reflexiono…

Luego de ese encuentro inesperado con el jardinero de la familia, me volvieron a la mente esos recuerdos de mi niñez que tanto añoro… del hermoso paisaje que aún vive en nuestros corazones, de aquellos remotos lugares que solía frecuentar con mi familia y de las extensas charlas que siempre escuchaba en mi infancia.

¡Tantos hermosos recuerdos plasmados en la historia, vivirán por siempre en nuestros sucesores!

Al encontrarme con aquellos recuerdos que me brindaba la infancia, decidí nuevamente con más fe, encontrar la Rosa más buscada, la más deseada, esperando poder palparla…

Entrando la primavera, me sentía feliz porque sería el escenario perfecto para encontrar mi Rosa buscada.

En plena primavera cuando las Rosas están con todo su esplendor, me dirijo al jardín a contemplarlas…tantos deseos de que por fin ese día estaba cerca, en el que podré apreciar la Rosa más hermosa de todas.

¡Me vestí con mi mejor atuendo para ataviar el encantador aroma del perfume perfecto de la Rosa!

Acercándome a las Rosas, observo que todas son iguales… son hermosas, y poseen la fragancia que les caracteriza…velozmente se deslizan aquellas gotas de agobio que parecían ser producto de la impotencia que sentía… el de no saber cuál sería la Rosa que debía elegir.

 ¡Escucha tu voz interna, parece como si el viento lo soplara! verbo que hace referencia a las sabias palabras de la abuela…

 Desde niña me decía: “Busca tu lado amable, las palabras que no pueden salir fácilmente, es porque permanecen contigo, siempre te acompañaran en el corazón”. 

Comienzo a comprender la verdadera belleza, la que no somos capaces de  contemplar a simple vista…sino  aquellas que vemos a través del corazón.

¡Siempre estuve con la verdadera Rosa… la que con belleza y ternura nos regala  su aroma perfecto en los corales de una Rosa!

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